Me dice un amigo que no comprende cómo soy ideológicamente de izquierda ya que, en todo, la izquierda es antinatural, la negación de lo mejor.
Y me pone ejemplos: a las manos derecha e izquierda se les llama diestra y siniestra, cuyos significados son conocidos.
Es de mal augurio levantarse con el pie izquierdo.
A los zurdos se les llama mala pata.
Es negativo no hacer, no acabar nada a derechas.
De cada diez personas sólo una es zurda.
Al torero -un artista- se le llama diestro.

En la mayor parte del mundo civilizado se conduce por la derecha.
La nobleza es de sangre azul, no de sangre roja.

Te contesto, amigo.
Fíjate lo que recalco en la primera frase: es diestro haciendo trampas.
Por el contrario, no es siniestro.
Y sigo: O Rey Pelé, Maradona y -ya en casa- Claudio e Ilie seguro que se levantan con el pie izquierdo -son zurdos- ¡y no me dirá que tienen mala pata!
El hígado está hecho y el corazón acabado, ambos a la izquierda, no a la derecha.
Bill Clinton, que es el presidente del país más poderoso del mundo -el mejor ya es otro cantar-; Bill Gates es el más rico del mundo, y Charlie Chaplin el mejor actor del mundo (y además de izquierda), hacen y hacía las cosas a izquierdas por ser zurdos.
Los toreros reciben también el nombre de diestros, pero su lance sublime es el natural, que se da con la izquierda, y no el derechazo, que es con la derecha, obviamente.
Se conduce por la derecha pero -y lo recalco- se adelanta por la izquierda.
Pues por ello, sugiero como lema electoral Adelantemos por la izquierda.
La nobleza es de sangre azul, dices.
El Doctor Fleming (lo suyo sí es nobleza) era de sangre roja, color de vida.
Pues si la sangre es roja y la sangre es vida, ¿qué mejor que ser rojo?.

Enrique Francés. Valencia.

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