el ágora

Hay que llevar la prevención a los convenios colectivos

 Jesús Uzkudun * Secretario de Salud Laboral y Medio Ambiente de CCOO-Euskadi

Las noticias de muertes en el trabajo comienzan a salir del rincón de la página de sucesos, para ocupar titulares de prensa, resultado de la creciente sensibilización social, todavía lejos de convertirse en un problema social prioritario, como reclamaba el editorial de este diario.

La creciente demanda social de prevención sitúa al sindicalismo ante el reto de lograr soluciones o respuestas eficaces a la defensa de la salud en el trabajo, el apoyo e influencia social puede depender en el futuro de dicha respuesta. No cabe mayor agresión que perder la vida o la salud donde se fue buscando el sustento. Si perdemos la vida con seguridad perderemos el empleo y el mínimo bienestar, para ser arrojados a la exclusión social. Es difícil pensar mayor agresión laboral.

El accidente de trabajo sólo representa la cresta del iceberg de los daños y sufrimientos producidos por un modelo de producción insostenible. Los tóxicos laborales causan más muertes que los accidentes de trabajo, esa es la realidad en otros países de la UE, y nosotros no pertenecemos a una raza inmune a estos riesgos. Que doblemos la media de la UE en accidentes de trabajo y no lleguemos al 20% de las enfermedades profesionales reconocidas debería ser motivo de reflexión social.

Desde CCOO hemos podido demostrar el deliberado ocultamiento que las Mutuas, médicos de empresa... realizan con las innumerables sorderas profesionales, así como con otras enfermedades (tendinitis, asbestosis, asma...). Esto impide la adopción de medidas preventivas.

Me piden que aborde la problemática de los accidentes de trabajo, y propuestas para su reducción o eliminación. Trataré de situar previamente algunas reflexiones:

1. Hay muertos sin derecho a figurar en las estadísticas. Las cifras de muertes están creando cierta confusión, entre las reales y las que figuran en las estadísticas oficiales. Los trabajadores autónomos, o en la economía sumergida, no tienen derecho a la indemnización, ni a figurar en la estadística oficial. Por lo tanto, el número de muertos es mayor que el recogido en las cifras de Osalan.

2. Externalización del riesgo a las pequeñas empresas. La política de las grandes empresas de buscar beneficio fácil está llevando a la externalización de los trabajos de riesgo a contratas y pequeñas empresas, ajustando al límite los precios que impiden las políticas preventivas. Si además de los débiles recursos, tenemos en cuenta que están abandonadas del asesoramiento de las Mutuas, la precariedad en el empleo, las horas extras, los plazos de fin de obra, la debilidad sindical..., podemos concluir que las muertes por accidente de trabajo son una crónica anunciada en este entramado laboral.

Es necesario impulsar un cambio en las secciones sindicales de las grandes empresas, públicas o privadas, para defender similares condiciones de trabajo, seguridad y salud para los trabajadores de las contratas, no solamente por principios solidarios, sino de autodefensa de las propias condiciones de trabajo y evitar su deterioro. Se han realizado muchas campañas contra las ETT, pero se ignora que las subcontratas son la otra cara de la moneda de éstas, disfrazadas como empresas de Servicios Integrales.

3. Desigualdad ante el riesgo. Un obrero de la construcción se accidenta cuatro veces mas que un compañero de Servicios, tres veces mas que uno de Industria. La desigualdad se expresa igualmente según el tamaño de empresa, de quien trabaja en un centro de trabajo fijo o trasladado como subcontrata, del tipo de contrato. No es casualidad que un trabajador eventual se accidente cuatro veces mas que los fijos, etcétera.

Por ello, consideramos necesario desterrar ideas tan nefastas como el fatalismo divino, la mala suerte, riesgos inevitables en algunos sectores, el fallo humano, etcétera. Que un minero sueco o un trabajador de la industria de explosivos de USA, tenga menos riesgo de accidente que un empleado de banca en su país, nos muestra que la prevención es posible, que estamos, pues, ante un problema de prioridades económicas en la gestión empresarial.

4. Incumplimiento empresarial público y privado. Si el 50% de las empresas de más de 50 trabajadores no ha realizado la perceptiva evaluación de riesgos, o no llegan al 3% las empresas que garantizan la vigilancia específica de la salud, la realidad en la pequeña es mucho más grave, es una muestra de la responsabilidad penal que adquieren los empresarios.

Si en el 80% de los accidentes graves o mortales investigados, la causa no estaba contemplada como riesgo, hay que concluir: muchas evaluaciones de riesgos son un timo, al burocratizar la prevención como justificante ante la Inspección de Trabajo, sin asumir en la realidad. En este fraude, adquieren especial responsabilidad las Mutuas como impulsoras del modelo. Las administraciones públicas central, vasca o municipal nos demuestran el cinismo de sus discursos de prevención rentable, mientras son los mayores infractores.

5. ¿Cumplir la ley, cómo? La ley de PRL, a diferencia de la vieja Ordenanza de Seguridad, nos traslada continuamente a la negociación colectiva. ¿Cómo regular si no las horas necesarias de formación de los trabajadores, el Delegado Territorial de Prevención dirigido a las pequeñas empresas, planes de producción limpia, horario específico para tareas de prevención, pausas ante los movimientos repetitivos, decisión de empresa y trabajadores en la renovación de Mutua, Servicio de Prevención, etc.

La negociación colectiva es el gran reto para las organizaciones sindicales, el marco donde es posible acordar la participación e implicación de todos en la prevención, jugando cada uno su papel específico.

6. Propuestas:

- Reforzar la cultura preventiva en relación a los riesgos del trabajo, con participación sindical, para evitar la práctica recurrente de algunas consultorías, que lleva a culpabilizar a los trabajadores, ocultando otras causas. La ausencia de planes de formación e información a los trabajadores es el gran incumplimiento empresarial, por otro lado, herramienta fundamental para la prevención. Las negociaciones en el sector de la construcción para crear un «Aula permanente» donde reciban formación todos los trabajadores es una apuesta interesante si garantizamos instrumentos de gestión sindical. Fomentar planes de formación que, partiendo de la escuela, lleguen a la Universidad y a la formación continua, es una necesidad ineludible para las nuevas generaciones obreras y, por otro lado, para combatir el negocio que algunos están haciendo a cuenta de los masters de prevención.

- Hacer la prevención rentable, castigando a los infractores. El discurso de que la prevención es rentable gana espacio, pero la mayoría de los empresarios prefieren el descarado incumplimiento de sus obligaciones. Las denuncias en la Inspección de Trabajo, la exigencia de responsabilidades penales ante accidentes graves o mortales, la lucha por el reconocimiento de las enfermedades profesionales, la denuncia en los medios de comunicación..., son la mejor garantía para lograr implantar la prevención y hacerla rentable para quien la integra en la gestión empresarial.

- El Plan de Gestión 2000 de Osalan debe ser reconducido, mediante la participación e implicación del conjunto de las fuerzas sindicales, con el conocimiento del universo de empresas a visitar. Conocer los planes de las Mutuas, de la Inspección de Trabajo, qué seguimiento va a realizar Osalan y la política sancionadora del Departamento de Trabajo, nos parecen exigencias elementales para lograr reducir un 10% la siniestralidad. Con la exclusión sindical, se está condenando al fracaso el loable objetivo. La participación sindical es garantía de eficacia y calidad. Frente a los modelos autoritarios de división del trabajo, donde unos piensan y otros obedecen, se ha demostrado el saber y participación obrera como un gran valor. Que el representante vasco en la Comisión Central de Seguridad y Salud en el Trabajo vote junto al sector más derechoso del PP, para excluir a los sindicatos del Plan, cuestiona los discursos socialdemócratas de Intxaurraga.

- Priorizar la pequeña empresa en las políticas preventivas. La externalización del riesgo a la pequeña empresa es evidente y sindicalmente debemos priorizar el sector más desprotegido al que dirigir nuestros esfuerzos. Lograr el Delegado Territorial o Sectorial de Prevención es un objetivo estratégico para CCOO, para fomentar y promover la prevención en las pequeñas empresas. Esta intervención va a consistir más en ayudar a promover la prevención entre los trabajadores y los pequeños empresarios que en convertirse en el «diablo rojo». Esa es la razón que motivó el intento de acuerdo para la incentivación de planes para la renovación de la maquinaria peligrosa y obsoleta para empresas pequeñas, para reducir las numerosas amputaciones.

- El frentismo sindical, un mal negocio para la prevención. Impulsar la división y ruptura de marcos unitarios de respuesta a la pérdida de vidas en el trabajo, como ha conseguido ELA en Vitoria, nos parece una grave aberración. De todas formas, no deja de sorprenderme la actitud sumisa de fuerzas y activistas ubicados en el sindicalismo radical, plegados a la exigencia excluyente de ELA, con su silencio y pasividad ante la división o la justa y necesaria movilización del sector de la construcción contra la siniestralidad.

- El 28 de abril, Día Internacional de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, debe convertirse en una referencia de la movilización del sindicalismo mundial, contra la mayor y más sangrienta guerra. 1.100.000 muertos al año merecen una respuesta mas decidida y eficaz. CCOO estamos por ese objetivo. * 

ccoo@upvnet.upv.es ## Comisiones Obreras en la Universidad Politécnica de Valencia


Volver al inicio de la WEB Volver a la página principal Acceso al servidor de la UPVUniversidad Politécnica de Valencia